Como red educativa ignaciana queremos agradecerles todo el esfuerzo, compromiso y creatividad para hacer crecer a nuestras escuelas como comunidades evangelizadoras que siguen haciendo “brillar la luz en las tinieblas” de nuestros contextos. Gracias por practicar una pedagogía del acompañamiento donde el centro es cada alumno y alumna superando las lógicas de exclusión y haciéndoles lugar en ”el albergue” de nuestras escuelas junto a sus familias.